Qué alegría da, decir: Mamá

Para ti, mamá, con todo mi amor: 

Si pudiera darle un significado a la palabra “mamá”, sin dudarlo ni un segundo sería: AMOR. 

Amor incondicional, amor sin barreras, sin distancia, sin límites, un amor dispuesto a todo, has dejado de comer por darme a mí, has aprendido a dormir con un ojo abierto esperando a que llegue por las noches, a ir a revisarme en la madrugada si estoy enfermo, a rezar por mí cada día si algún mal me acongoja, a sacar fuerzas de la nada, para siempre, con una sonrisa, reconfortar mis penas, más allá de las tuyas, con un simple: “todo va a estar bien, hijo”. 

Dios te puso en mi camino, pensó en ti como la mujer perfecta para guiarme, para enseñarme, junto a papá, a salir adelante, a ser una buena persona, a luchar por mis metas, pero principalmente me enseñaste a amar. Ejemplo como el tuyo de amor es incomparable, lo das todo sin importar tu cansancio, tus dolores, tus enfermedades, porque siempre has mostrado que más allá de ello, el amor por tus hijos vale la pena. 

Con el tiempo voy aprendido a seguir tus pasos, a valorar cada cosa que pasa por mi vida, a mantener esas virtudes que con cada enseñanza has dejado en mí, a luchar por quien amas y solamente espero que Dios me preste vida para regresarte un poco de todo lo que me has dado. 

Veo tu foto y pienso en lo afortunado que siempre he sido, una mujer seguramente llena de defectos pero que aun no los he descubierto, porque para mí, así como eres, eres perfecta. Recordar mi infancia, es recordarte a ti, el saber que contigo se acaban los miedos, los dolores, saber que siempre tienes el remedio perfecto para cualquier enfermedad, aunque solamente signifique un dulce, o qué mejor, tus brazos. 

Te amo con todo mi corazón, un corazón que tú has formado, que con cada enseñanza has marcado para dejar huella en esta vida y poder amar y darme a los demás como tú lo sabes hacer. Has dedicado tu vida a tu familia, te has puesto la capa de superheroína, los guantes de doctor, has tomado el papel de maestra, de amiga, de confidente, eres la persona que más funciones puedes realizar al mismo tiempo, sin duda un don que Dios te dio, porque principalmente, todo lo haces con amor. 

Hoy, como todos los días te festejo, festejo la dicha de tener a una mujer valiente y tierna a la vez, capaz de sacar la mayor de sus furias en contra de quien me hace daño y con las palabras exactas decirme que estoy mal y aprender a reconocerlo. 

Dios no se equivoca, a todos nos ha regalado una mujer a quien decirle mamá, y me siento el hijo más orgulloso de hacerlo contigo, que me permita aprender de ti, que me conceda ser la mitad de ser humano que tú eres, porque estoy seguro que si todos los hombres de la tierra aprendiéramos del significado de tu nombre, este mundo sin lugar a dudas sería mejor. 

No importa cuántos años tenga, el simple hecho de llegar a casa y verte, calma y reconforta cualquier adversidad, tu entrega y tu pasión por la vida y por tu familia son el claro ejemplo de la mujer que quiero para compartir el resto de mis días, qué afortunado papá de elegirte a ti como compañera de vida y como madre de sus hijos, por poner el ojo en ti y hoy saber que ha sido la mejor de sus decisiones, has formado una familia unida, como núcleo de ella has sabido llevar en tu espalda todos los problemas y solucionarlos, nos has enseñado que lo más importante es Dios y nosotros mismos, y que si nos mantenemos en Él, nada nos podrá separar. 

Hoy me toca ver también por ti, sé todo lo que has pasado, todo lo que me has perdonado, y que nunca has dejado de estar ahí por mí, que con una llamada sin importar la hora estás dispuesta a escuchar y a darme un consejo, que te preocupas tanto por mí como una extensión tuya y yo lo sé, nos une un lazo inquebrantable y solamente espero poder ser el hijo a la altura de una madre como tú. 

Cuando se trata hablar de ti quizás no tenga las palabras exactas, pero mi rostro lo dice todo, un orgullo como jamás lo he sentido, un amor que es difícil de expresar con letras, una admiración que se me sale del corazón, y que con sólo decir: Te amo, intento explicarlo. 

A ti como a todas las mujeres, que siendo madres o que estén por serlo, les dedico estos párrafos, GRACIAS, gracias por hacernos las personas que hoy somos, por nunca darte por vencida, por educarnos en valores y en amor, por adivinarnos el pensamiento, por saber aún más que nosotros quiénes somos y a dónde vamos, porque con sólo vernos saben qué nos pasa. 

Gracias por tu paciencia, por ser siempre ese Ángel de la Guarda que nunca me suelta, por cuidarme en la cercanía y a la distancia, por ser la maestra de mi vida, aquella que me impulsa a salir adelante, a dar más allá de mí como siempre tu lo has hecho, a jamás abandonar mis sueños por más utópicos que parezcan, y saber que siempre estarás en primera fila aplaudiendo mis logros o, en su caso, poner tu hombro para llorar, y darme esa palabra de aliento para no soltar ese anhelo jamás. 

Mis triunfos y derrotas te las dedico, los triunfos, porque sin duda fueron motivados por esas largas noches sin dormir preocupada porque todo saliera bien, por tus ánimos, por jamás soltarme, por tus oraciones y preocupaciones, y mis derrotas porque me has enseñado a ser humilde y empezar de nuevo, sin desistir y siempre resistir; porque has formado un hombre capaz de amar con todo su corazón y con tu ejemplo, sé que podré lograr aquello que me proponga. 

Gracias, mamita, gracias por jamás soltarme de tu mano, porque siempre te siento cerca aunque a veces no lo estemos, nuestro amor nunca se podrá romper, al contrario, cada vez lo siento más fuerte. 

No es necesario un 10 de mayo para decírtelo, pero hoy con más ganas lo grito, ¡GRACIAS! 

Si un deseo le podría pedir a Dios, sería que fueras eterna, que tus brazos jamás dejaran de abrazarme, que tu voz nunca se calle, que tu oración nunca cese y que puedas estar presente siempre en todos los momentos importantes de mi vida. Sé que vivirás eternamente en mí, que has sido la mujer más importante en mi vida y que estoy seguro que el día que encuentre con quien compartir la mía, sabré elegir con sabiduría a alguien que en un futuro, pueda leer de nuestros hijos lo orgulloso que está de ella como yo de ti. 

Te amo con todo mi corazón, eres una mujer maravillosa, con una capacidad de amar que no te cabe en el pecho, con la palabra de consuelo exacta y con los brazos perfectos para abrazar. 

Hoy más que nunca te lo digo, afortunado yo de tenerte en mi vida, afortunado de poder decirte “mamá” y de presumirte por donde vaya, porque no solamente en mí has dejado huella, sino donde caminas dejas rastros de cariño. 

Siempre orgulloso, siempre agradecido y siempre amándote. 

Hoy, como siempre, ¡GRACIAS, MAMÁ! 

Arturo Sumano Ojeda 











Comentarios

  1. Wow hijo que hermosas palabras, hablan de la persona especial que eres 😊

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares