Y si hay que empezar de cero, pues se empieza

A lo largo de un tiempo he tenido la inquietud de escribir, de compartir algunas cosas, ya sean por experiencias vividas, por gustos, por cierto conocimiento adquirido o simplemente por el hecho de decir por este medio, lo que no se puede decir hablando.

Por eso, primero que nada me presento, soy Arturo Sumano Ojeda, licenciado en Derecho y maestrando en Derecho Corporativo, no soy ni escritor, ni pretendo serlo, únicamente sé que es algo que me gusta y que después de pensarlo por mucho tiempo, decidí emprender este camino.

Es por ello que me nació la idea de escribir sobre lo siguiente:

Muchas veces tenemos en nuestra cabeza múltiples ideas, planes, metas, objetivos, sueños, cosas que simplemente ya tenemos visualizados y que únicamente estamos esperando a que ciertas cuestiones se acomoden, a que tengas otros trabajo, un mejor sueldo, una pareja, la edad suficiente y demás factores que nos “condicionan” a hacer esperar aquello que tenemos en mente.

No sé si, así como yo, eres un soñador, un planeador, aquél que cree tener en su cabeza todas las respuestas a lo que venga, que ya tienes completamente idealizado el PLAN A, sin pensar que la vida, Dios, el destino, o en lo que tú creas, te lo puede cambiar de un día para otro; o bien, estás esperando un “detonador” para realmente hacer lo que deseas.

Pues sí, la vida te sorprende, las personas también, y muchas veces todo lo que tenías pensado, cambia y, aparte, te cambia.

Entra la culpa, tener que echarle la culpa a alguien o a algo, es en lo primero que pensamos, es lo más fácil. No analizamos la idea de pensar que posiblemente estamos en presencia de algo mejor, que, como dicen (cosa que a veces parece la peor de las frases) “las cosas pasan por algo”, pero sin imaginar que a lo mejor podemos cambiar una palabra y convertirlo en: “las cosas pasan paraalgo”. Y sí, pasan paraalgo, pero… ¿Para qué?

La respuesta es: ¡NO SÉ!, y ahí es cuando comienza la magia, ahí es cuando nos damos a la tarea de adentrarnos en lo más profundo de nuestra crisis, cuando únicamente sabemos que algo pasó, pero no sabemos ni por qué, ni desde cuándo, qué fue lo que lo motivó, y menos aún, para qué pasó. A final de cuentas, éramos muy felices, estábamos luchando por conseguir ese Plan A, y haciendo a nuestro alcance todo lo necesario para realizarlo, pero… La vida nos sorprendió y nos hizo echar un vistazo a lo que hay al lado del camino, a ponernos nuevamente a ver que más allá de lo que teníamos imaginado, también hay planes, pues, aunque parezca muy trillado, si el Plan A, no funcionó, aún te quedan muchas letras del abecedario, simplemente es cuestión de empezar.

Así nació esta idea, la idea de empezar a escribir, siempre la había pensado, algunas personas me habían dicho que podía hacerlo, pero el único que posiblemente no creía que lo podía lograr era yo, y… Aquí estamos.

A lo mejor, fue necesario ese “detonador” al que había hecho alusión previamente para animarme a hacerlo, a lo mejor es la necesidad de sacar mucho y compartirlo y llegar a pensar que a alguien le podría servir o interesar lo que escribo, pero la pena, la pereza, la “falta de tiempo”, la desidia, o el miedo “al qué dirán” me impedía emprender este nuevo viaje.

Y sí, así pasa en muchos sentidos, el miedo a lo desconocido nos frena, nos paraliza, nos hace pensar mucho más veces si está bien seguir caminando por ese sendero, o aventurarnos a conocer nuevos horizontes, a ver que después de ese plan, puede haber sorpresas que la vida te tenga preparadas.

Mucho de ello, surge a raíz de las expectativas que tenemos en algo o en alguien, creemos que todo va a ir saliendo de acuerdo a lo que tenemos pensado, que nada va a cambiar, y que si llega a hacerlo, será para bien. Y de pronto algo ocurre, algo cambia, el mundo se viene encima, no sabemos qué hacer ni a dónde ir, y la vista nublada nos impide ver que toda crisis, es un área de oportunidad, y que seguramente entre más crisis tengamos en la vida, más oportunidades tendremos para crecer como personas, para ser más fuertes, para tener bases un poco más firmes para enfrentar la siguiente, y estoy seguro, que después de ello, escribiremos en nuestro anecdotario muchas más cosas buenas que malas, mejores historias de éxito, que de fracaso.

Y sí, las crisis nos hacen tomar a veces malas decisiones, genera ansiedad, insomnio, falta de paz y una incertidumbre que no sabemos cuándo ni cómo parar ese tren de sentimientos. Ahí es cuando la humildad, el saber reconocer que estamos pasando por un mal momento, y que queremos salir de ella, nos empuja a ver nuevas alternativas, ya sea con la familia, con buenas amistades, terapia, lectura, videos, distracciones, ayuda espiritual, etcétera, nos empiezan a abrir el panorama de todo y esas malas decisiones, poco a poco se van convirtiendo en buenas, porque aprendimos a base de las no tan acertadas.

Todo lo que he dicho en párrafos que anteceden, tiene un común denominador… “EMPEZAR”. Si no empezamos un negocio, si no empezamos una plática, si no empezamos a hacer ejercicio, si no empezamos una dieta, si no empezamos una terapia, si no empezamos a leer un libro… Todo quedará en ideas, todo quedará en ilusiones, todo quedará en ese Plan A… que ya no existe.

Cada que nos levantamos tenemos la oportunidad de “empezar” a hacer algo nuevo, desde que abrimos los ojos, de agradecer por ese nuevo día, de buscar y hacer todo lo que esté en nuestras manos por vivirlo con alegría, porque así es esto, la felicidad, como el amor, como todo lo que quieras agregarle, está precedido por una “decisión”, decidir amar, decidir ser felices, decidir hacer algo, decidir estar con alguien, decidir, decidir, decidir, decidir. Pero, a poco no, ¡qué difícil es decidir!

Yo hoy decidí escribir estas primeras letras, y llegando a este punto me siento mucho mejor, siento que estoy dejando en estos párrafos parte de mi y que si a alguien le gusta, si a alguien le sirve, aunque sea a una persona, ya valió la pena, y adivina qué… ya le sirvió a una persona: A mí.

A mí me sirvió, y eso es maravilloso, porque yo soy la persona más importante en mi vida, y eso no es cuestión de egoísmo, al final, toda la vida solamente te tendrás a ti mismo, tus pensamientos serán solamente tuyos, así que te invito a cuidarte a ti mismo, a trabajar en ti, a vivir por ti y para ti, porque, una vez logrado ello, estoy seguro que seremos mejores personas y estaremos en las condiciones óptimas de darnos a los demás, de entregarnos, de amar, de servir, de dejar huella, pero, sin olvidar que antes de cualquiera, siempre estás TÚ.

Llegamos al final de este primer encuentro entre tú y yo, ya nos presentamos, ya platicamos un poco, y te tengo que decir que si bien este tema introductorio para algunos puede ser interesante, para otros no tanto, estará marcando el inicio de muchos otros que no tengan nada que ver, me encanta la política, el futbol, la historia, el derecho, y demás tópicos que estoy seguro, tendremos tiempo para seguir platicando y seguir conociéndonos.

Hoy, como siempre… ¡GRACIAS!

Arturo Sumano Ojeda


Comentarios

  1. Te felicito por esa valentía que tuviste para iniciar éste "viaje" y estaré muy pendiente de los siguientes. Me encantó éste primer capítulo que me hizo recapacitar. Felicidades mijo tqm

    ResponderEliminar
  2. Mi queridisimo Trulli AHIAJDO me conmoviste totalmente por esa capacidad de transmitir una idea un sentimiento un mensaje gracias por compartirlo sigue igual y cada vez te descubrirás de una manera mejor😘

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares